Dame un abrazo fuerte

La ilusión de un padre por tener un hijo que disfrutara plenamente de la vida, se ve truncada cuando el niño comienza a mostrar unas actitudes antisociales y una incapacidad para la empatía y la comprensión del mundo de las emociones humanas. Al muchacho se le diagnostica un síndrome que le lleva al aislamiento y a la imposibilidad para entender las convenciones sociales y el significado de los sentimientos de afecto. El padre sufre con su hijo el rechazo que ejerce la sociedad sobre quienes se apartan de los estándares de lo que se considera la "normalidad". En una lucha incansable por despertar el afecto y las emociones en su hijo, el progenitor busca reiteradamente un abrazo sincero, algo que no consigue hasta el momento en que los acontecimientos especiales que se van produciendo empujan al chico a la búsqueda y al deseo de compartir los sentimientos y los cariños ajenos. Al final, lo que parecía una minusvalía para vivir en la sociedad resulta tratarse de un cambio evolutivo de la humanidad que deriva en una prodigiosa capacidad del cerebro del muchacho para producir energías que curan las enfermedades físicas y emocionales propias y las de los demás.