La espiral de la vida

No todos tenemos al alcance de nuestra mano a un maes-tro, a un guía que nos muestre sus experiencias; sus éxitos, así como sus errores y fracasos, quizá no lo hemos buscado, Vivimos en un mundo en el que todos somos buenos para dar consejos y rara vez miramos nuestros propios actos o comportamientos, la mayor parte del tiempo vivimos y pen-samos preocupados en cosas que no tienen sentido; con las que no podemos hacer nada, sino esperar a que se solucio-nen solas. Realmente son pocas las situaciones en las que podemos influir sobre aquello que nos preocupa, y menos aún, trans-formarlas en soluciones. Les pedimos a nuestros padres, pareja, hijos o amigos, que sean de tal o cual manera, cuando ni siquiera nosotros pode-mos ser lo que les pedimos. Escuché decir a un amigo: Sé ejem-plo, no consejo. Habrá ocasiones en que nos sintamos sabios y expertos de la vida y por lo cual, aseveramos o negamos cualquier cosa que nos proponen no sabiendo que: "En la vida nadie es ex-perto, todos somos aprendices".