Estridente melodía

¡Es la furia salvaje, ocasionada por sentimientos no resueltos y verdades comprendidas a medias! Regresa del pasado la trapacería cruda hecha a un rito. Ardientemente embriagada por su sed de venganza y su deseo elusivo de restitución. ¿En verdad su padre, antes de huir, cedió todos los derechos de la mina familiar a su medio hermano, Ondoito, quien, a su vez, la puso a cargo de Ntagân (el blanco)? ¿Cómo podría ser eso posible?, si Ntagân estaba destruyendo el hábitat en busca de un tipo raro de zarie, de color rojo y con un corte hexagonal, la única gema capaz de potenciar un robot humanoide automatizado. Essilà sopesó meticulosamente. Ante esta ignominia, Essilà, hija mayor de Ndjue (gobernador) Obamito, se ve obligada a desafiar la jerarquía institucional para llevar a cabo una táctica instrumental y sin precedentes a escondidas de los líderes del Estado de Nzangayong. Su acto valeroso contribuyó a la restauración del orden y la singularidad multicultural, inspirando al congreso nacional a deliberar: ¿cuán importante es incorporar los detalles de nuestra historia cultural en el plan de estudios?, ¿de qué manera establecemos el neocolonialismo al limitar la evolución de la mujer en África? Y, finalmente, ¿quién se responsabiliza por reparar el daño medioambiental impartido al continente africano a causa de la sobreexplotación de recursos naturales? Recursos de los que los nativos aún no han comenzado a beneficiarse.